UN SUEÑO
I
Hoy he tenido un sueño, un despertar diferente.
Un pensar en profundo como el beso
de un alado pensamiento, el abrir de una puerta;
encontrar la sinceridad escondida,
en los recovecos de mí afiebrada mente.
Miré a lo lejos un iluminado camino.
II
En la somnolencia de mi despertar mañanero
quedó como un eco rebotando en mi cerebro,
el misterio de revueltas palabras sonando
y en medio de ellas como un trasnochado farol,
encendido, decían en repetidas y gangosas letanías.
No te preocupes nada ocurre sin yo saberlo.
III
Tantas y tantas veces oír y ver los horrores,
las muertes de tantos inocentes seres
sacrificados en nombre de un dios clemente,
que premia a los asesinos con las delicias del paraíso;
como si fueran afiebrados y premiados matarifes.
Me aferro al sendero que he descubierto.
IV
Ha llegado el momento que yo te invoque señor Dios,
sale por un momento de tu ensoñada creación,
mira por un instante lo que pasa a tu alrededor;
dime ¿Este el mundo que una vez viniste a cambiar?
¿En donde están tus enseñanzas Maestro?
Agotado me siento a la sombra de ese monumento.
V
Hoy he tenido un sueño, un mirar a lo lejos,
huir por un momento y extender mi mano, tocando
esa ilusión que, alienta mi esperanza de volver a mirar,
de soñar en gratos momentos y ver como la vida nace
a mi alrededor, convertida en un canto a tu creación.
Miro todo eso con tus ojos extrañados Señor.
Sentado a los pies del monumento a la estupidez humana
Hoy he tenido un sueño, un despertar diferente.
Un pensar en profundo como el beso
de un alado pensamiento, el abrir de una puerta;
encontrar la sinceridad escondida,
en los recovecos de mí afiebrada mente.
Miré a lo lejos un iluminado camino.
II
En la somnolencia de mi despertar mañanero
quedó como un eco rebotando en mi cerebro,
el misterio de revueltas palabras sonando
y en medio de ellas como un trasnochado farol,
encendido, decían en repetidas y gangosas letanías.
No te preocupes nada ocurre sin yo saberlo.
III
Tantas y tantas veces oír y ver los horrores,
las muertes de tantos inocentes seres
sacrificados en nombre de un dios clemente,
que premia a los asesinos con las delicias del paraíso;
como si fueran afiebrados y premiados matarifes.
Me aferro al sendero que he descubierto.
IV
Ha llegado el momento que yo te invoque señor Dios,
sale por un momento de tu ensoñada creación,
mira por un instante lo que pasa a tu alrededor;
dime ¿Este el mundo que una vez viniste a cambiar?
¿En donde están tus enseñanzas Maestro?
Agotado me siento a la sombra de ese monumento.
V
Hoy he tenido un sueño, un mirar a lo lejos,
huir por un momento y extender mi mano, tocando
esa ilusión que, alienta mi esperanza de volver a mirar,
de soñar en gratos momentos y ver como la vida nace
a mi alrededor, convertida en un canto a tu creación.
Miro todo eso con tus ojos extrañados Señor.
Sentado a los pies del monumento a la estupidez humana
JUGLAR
José Fontirroig Costa del Río
En Arica, 19 de Julio del 2005
José Fontirroig Costa del Río
En Arica, 19 de Julio del 2005
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